No es sencillo mantener un blog a diario, ni siquiera de forma semanal. Al final se convierte en una tiranía. Eso no quiere decir que uno deje de plantearse interrogantes, aunque sí es cierto que hubo días que se parecieron peligrosamente al precedente y al posterior. Uno sigue, afortunadamente, vivo. Y con ganas de seguir viviendo. Y creciendo. Se va cruzando con gente que le hace mirar de otra forma. A veces se le quedan cuentas pendientes, malatiende a amigos por los que sentía devoción incondicional. Engrasa articulaciones mentales. Escucha. Observa. Desciende en caída libre, pero un buen día dice que se debe una tregua, una larga tregua, otra oportunidad.
Pasa el tiempo. Javier Marías en su artículo dominical decía hoy que a veces uno permanece casi petrificado durante años, sin acusar el menor cambio, pero, de repente, un año apenas es suficiente para una gran revolución que se marca en la cara. Y todo tiene que ver con el vivir. Ese es el gran empeño que no podemos perder de vista.
Volveremos a las andadas y trataremos de renovar la mirada.
domingo, junio 29, 2008
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