Este fin de semana he programado en casa una sesión doble de cine francés: “Cada uno busca su gato” (1996) y “Cuatro estrellas” (2006). De la primera, que ya la había visto en su estreno, tenía un grato pero desdibujado recuerdo. Me ha gustado mucho recuperarla: es una película fresca, sin grandes pretensiones, amable, divertida, en la que se idealizan las relaciones humanas de un barrio de gran ciudad. Aquí está representado por sus entrañables viudas jubiladas, un perfecto ejército organizado para ayudarse y ayudar a quien estimen que lo necesita. En este caso, todas se vuelcan para encontrar el gato perdido de una joven maquilladora en los alrededores de La Bastilla. Esta hermandad, esta colaboración, esta solidaridad, ya no existe. A menos que hagamos lo que esté de nuestra mano por recuperarla…
Me quedo con muchos elementos de la película: el piso de la protagonista, la parodia de las sesiones de fotos de modelos de maquillaje, el compañero de piso, la red perfectamente coordinada de las ancianas del barrio, las vistas de París desde lo alto de la columna de La Bastilla… Pero lo que ya no olvidaré es la señora mayor que se encarga del gato protagonista, Gris-Gris. Ella es madame Renée y está interpretada por una actriz –quizá no profesional, no lo sé; esta fue la primera película en la que aparecía acreditada- llamada Renée Le Calm. La primera vez que vi está película hace 10 años sí la olvidé, pero esta vez ya no será así. Tiene la voz cascada, es bajita, graciosa sin pretenderlo, anda cojeando, tiene un gran amor a los gatos –sin que por ello pierda los papeles- y la conoce y la quiere todo el barrio.
Pues bien, Renée Le Calm sigue viva, afortunadamente, y ligada al cine. Lo descubrí en la segunda película de la sesión. Los dos minutos en que aparece antes de los títulos de crédito en “Cuatro estrellas” le bastan para convertirse en lo mejor de la película. Apenas cuatro frases, cuatro breves réplicas y crea un personaje maravilloso, divertido, ácido, madame Poilloux, del que ya no te olvidas en todo el film, por lo demás, una comedieta ligera, bien interpretada, pero sin más. Sin embargo, solo por esta secuencia inicial hilarante, merece la pena verlo.
Sirvan, pues, estas líneas como sencillo homenaje a esta actriz entrañable que me ha hecho pasar tan buenos ratos. Sirvan también para llamar la atención sobre ella y sobre tantos actores de reparto sin los cuales las películas no alcanzarían su grandeza en unos casos o no tendrían interés alguno en otros. Le seguiré la estela, señora Le Calm. Gracias.
domingo, febrero 11, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
- Mademoiselle Poillox? Mademoiselle Poilloux?
- Oui.
- Je vais relire votre testament, si vous voulez bien.
- Assieds-toi. Tu me donnes le tournis. (…) il y a une chaise derrière toi. Voilà.
- Et…
- Oui, ben dépêche-toi parce que je n’ai plus pour longtemps.
- Mes piaches chers tous, quand vous lirez cette lettre, je serais morte.
- Peut-être pas !
- J’aurai quitté ce monde de… Vous lisez quoi, mon père ?
- Ce monde…
- Ce monde de misère ! Vous ne savez pas lire ?
- Excusez-moi ! … ce monde de misère pour un monde meilleur, un monde plus honnête
- Oui
- où j’en suis sûre on respecte les personnes âgées et où les enfants disent merci et s’il vous plaît.
- Il n’y en a plus !
- Un monde où ce ne sont pas les voyous qui font la loi,
- C’est ça !
- … un monde où on ne gaspille pas son argent à tort et à travers
- et où le travail est respecté.
- Comme moi !
- Ce monde-là, je l’espère, il existe dans les cieux…
- Peut-être !
- Mais puisque c’en est fini de la vie et de ses misères
- Oui…
- je lègue à mon arrière-petite-nièce la totalité de mes économies. Ce n’est pas qu’elle mérite cet argent plus qu’une autre
- Ah, ça non !
- Elle n’est pas venue souvent me voir et elle ne m’a pas envoyé une carte postale
- Pas un mot : rien !
- Mais c’est la seule à y avoir droit.
Publicar un comentario