martes, mayo 22, 2007

me gusta / no me gusta

me gusta Los campos verdes de abril Los campos amarillos de girasoles Los campos rojos de amapolas Las viejas fábricas con chimeneas para reconvertirlas en centros culturales en los que NO se vende nada Las construcciones, en general (secaderos de tabaco, cortijos, iglesias…) rehabilitadas y reutilizadas La gente que saluda, que dice buenos días y adiós. La gente educada. Los niños educados Las medianas de las autovías en las que hay vegetación: flores, retamas en flor… Las canciones bonitas Las terrazas y las azoteas de las casas. Las terrazas de los bares y los cafés Los cafés Las fuentes que no son cursis Los árboles grandes Las bolsas de papel Las bolsas de tela para hacer la compra La gente con buena pata, con sentido del humor Los libros de Jardiel Poncela y de Fran Lebowitz Las historias cotidianas no me gusta Los pueblos sin sabor Las construcciones con bloques de cemento y ondulina Los centros comerciales El Corte Inglés Los aparcamientos Las filas de coches Las estaciones de autobuses Las urbanizaciones en medio de la nada con nombres como “Paraíso” o “Mirasierra” Los rótulos publicitarios demasiado diseñados Los bloques de pisos al borde de la carretera Los bloques de piso que no están al borde de la carretera Los hoteles en serie Las campañas electorales La publicidad que me tutea La publicidad descuidada Los barrios de la periferia La gente que está permanentemente de mal humor La gente inepta total para la menor felicidad La perversión y la obscenidad televisivas Los chándales

lunes, mayo 14, 2007

¿Qué hice en los 90?

Fui al cine y vi cientos de películas. Películas españolas, francesas e inglesas. Pero también italianas, alemanas o portuguesas. Películas chinas, taiwanesas o neozelandesas. Películas suecas, rusas e incluso finlandesas. Películas argentinas, cubanas o mexicanas, pero también norteamericanas y canadienses. Películas en el cine de estreno, en los restos que quedaban en Madrid de sesión continua y en la filmoteca. En ciclos que se programaban en Madrid o en festivales como el de Valladolid o el de San Sebastián. Sin duda, todo ese cine me ha hecho como soy ahora, aunque yo no sepa detectarlo. Vi casi todas las películas de asunto gay, casi todas en las que intervenían mis mitos de entonces: Robert de Niro, Harvey Keitel, Sean Penn, Sharon Stone, Ángela Molina, Javier Bardem o Jessica Lange. De todas esas películas, solo se han quedado realmente entre mis referencias cotidianas un par de docenas, quizá alguna más. Por supuesto, “Thelma y Louise”, “Casino” o “Pena de muerte”. El "Hamlet" de Kenneth Branagh: me encantó. La vi, como la mayoría de estas películas, yo solo. Creo que fue en el cine Luchana, en verano, con un aire acondicionado tan a tope que yo quise tener un abrigo como el que lucía Hamlet. Sin duda, un excelente diseño de vestuario. Y mucho más. “Tomates verdes fritos”, “Paseando a Miss Daisy” y “Freda y Camila”, todas protagonizadas por Jessica Tandy. Pobrecita. Cine iraní, “A través de los olivos”, del que me retiré a tiempo. Demasiada poesía. “Swoon”, “Living to the end” –heavy-, “Jeffrey”, “Nosotros dos” –cine australiano con un jovencito Russell Crowe pre-gladiator y al parecer lampando por un papel que llevarse a la boca, incluido el de un gay con un padre supercomprensivo; un espanto llamado “Bésame, Guido”, “Amor de hombre” –en cuya fiesta en Pachá estaba el principito-, “Perdona, bonita, pero Lucas me quería a mí” o “Las noches salvajes”, una película que sí me trastornó. Y muchas más: “Zero Patience”, un musical gay; “Love, valour and compassion”, un película de gran ternura llamada “Beautiful things” –con una frase genial: “Si decido reconvertirlo en burdel, te llamaré”- o “Los juncos salvajes”, otra película preciosa. Vi películas que sé que me gustaron pero me cuesta mucho decir de qué iban: vi casi todas las de Eric Rohmer, vi una india, “La reina de los bandidos”, vi “Pequeños arreglos con los muertos” y “Mi amiga Max”. Vi todas las de Hal Hartley, como si Hal Hartley fuera… imprescindible. De sus películas apenas recuerdo los títulos: “La increíble verdad”, “Trust”, la más bonita; “Simple men”, “Amateur” y “Flirt”. Creo que ahí me paré. Y poco después se paró él. Vi clásicos por un tubo en la filmoteca, desde “Bienvenido, Mr. Marshall” hasta “Encadenados” pasando por “El gran carnaval” o “Fedora”, que son desde entonces algunas de mis pelis favoritas.