jueves, marzo 09, 2006

Gloria

TODAVÍA... (de Gloria Fuertes) Todavía hay gente que al viento le llama céfiro, y hay quien a lo cursi lo llama poesía, y a la Poesía, locura. Todavía hay quien canta a la luna. ¡Yo canto a los hombres de la luna! A los arrabales de la luna, a los ríos de leche de la luna; pero todavía hay gente que se asusta, se asusta cuando una mujer se pone las botas para pisar mejor el barro, se asustan porque somos listos, porque Dios está con nosotros; ven que nos quemamos y no comprenden las llamas; porque componemos canciones previsoras y al avisar gritamos; porque en nuestros versos no hablamos de lo que siempre se habló en los versos: las olas, la boca, los pájaros. ¿Quién dice que en nuestros versos no hay pájaros? ¿Qué son estos gritos si no aves heridas? No amar lo caduco, lo seco, lo blando. ¡Los poetas amamos a la sangre! A la sangre encerrada en la botella del cuerpo, no a la sangre derramada por los campos, ni a la sangre derramada por los celos, por los jueces, por los guerreros; amamos a la sangre derramada en el cuerpo, a la sangre feliz que ríe por las venas, a la sangre que baila cuando damos un beso. Cantamos al amor. A lo fresco. A lo puro. ¡Estamos hartos de cuentos! ¡Y que aprendan los ñoños que el viento es el viento! Y que cuando se ama, se ama, y que sólo es pecado el mal comportamiento. He recibido hoy este poema de Gloria Fuertes y me he acordado de una vieja entrevista que le hizo Vicente Molina Foix para su libro La Edad de Oro, publicado en 1997. En esa altura Gloria tenía 80 lúcidos y lucidos años y declaraba: "Siete amores he tenido y todos excepto aquel de Manolo el chuleta de la FAI me han salido por mi poesía. Parece que quien me lee me quiere. Pero he sufrido mucho de amores; y ahora no. Así se lo digo a ellas mismas, a esas siete grandes personas amadas de mi vida, a las que les dedico un poema reciente: Me hicisteis faenas (y yo no era un toro). Me pusisteis cuernos (y yo no era un toro). El poema sigue, y las enumero, pero con iniciales. No voy a decir nombres. Lo he llamado Carta a los que me dejaron de querer. Ahora estoy sola y sigo siendo cabra loca: a ningún rebaño pertenezco. Pero la próxima espina, si surge, me va a doler menos. A mi edad sigo amando, pero me freno. Ahora mismo hay alguien en mi vida, "no digo nombres", pero es un imposible. Esa persona sabe que la quiero, pero a lo mejor el problema es que yo no estoy bien cicatrizada y no puedo amar como antes. El amor es hermoso y difícil, pero los amores difíciles ... son terribles. Lo que pasa es que el destino nos hace querer lo imposible" (pp. 147-148).

2 comentarios:

nube de colores dijo...

Yo también descubrí a Muñoz Molina con Jinete Polaco. Me hace gracia cómo lo conociste. Pienso muchas veces en los/as quinceañeros/as que acechan a los cantantes de moda, a los actores... y cómo tú, yo...me emociono como uno de ellos (de esos quinceañeros/as)cuando reconozco al escritor, al pintor que nos hace sentir.

nube de colores dijo...

Yo también descubrí a Muñoz Molina con Jinete Polaco. Me hace gracia cómo lo conociste. Pienso muchas veces en los/as quinceañeros/as que acechan a los cantantes de moda, a los actores... y cómo tú, yo...me emociono como uno de ellos cuando reconozco al escritor, al pintor que nos hace sentir.