Bueno, pues como por aquí todo el mundo anda entregado a redactar propuestas que esperan ver convertidas en leyes, yo he decidido subirme a este carro de la moda legisladora para no ser menos. A ver, qué remedio. Maragall desea que por ley se olvide la España plural para hablar de la España federal. Y los obispos andan a la greña para que se recoja en la ley de matrimonios gays la objeción de conciencia de los casamenteros. Bien, pues yo también tengo algunas propuestas que hacer, y todas me parecen lo suficientemente importantes como para que pasen a engrosar el código penal. De momento, voy a madurar un poco más la idea. Pero mañana tendrán ya un avance.
Va a temblar el Aneto.
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