1. Mantengo una furiosa relación de tú a tú con la pinza depiladora: la pinza y yo, dos extremos de una misma relación, ¿verdad que sí, carne-de-casting-y-si-hubiera-Dios-también-de-presidio?;
2. Me niego a que ningún espejo de casa me diga lo que tengo que ponerme, o más bien, lo que NO tengo que ponerme, bajo ningún pretexto, bajo ningún ángulo, bajo ninguna luz. Si el espejo dice que con mis caderas no es acertado ponerse una falda de punto naranja intenso, sobre un pantalón de punto naranja intenso, con una sudadera naranja intenso a juego con unos pendientes que representan dos bolas de fuego naranja intenso (que deberían quemar un pelo teñido por mi peor enemigo), yo miro a otro lado, por ejemplo, la pantalla del móvil.
3. Considero que masticar chicle en clase con la boca abierta, justo después de decir "... y al final somos nosotros los que nos comemos el marrón", representa un desafío y una revolución en las normas más elementales de educación.
4. Cuanto más demuestro mi aversión al agua, mejor aporreo los bongos en una plaza pública en la que merecería ser lapidado. Hay una relación proporcional entre los dos términos que Bob Marley ni siquiera sospechó. ¡Y fijaos adónde llegó!
5. Los piercings aumentan mi sensibilidad, sobre todo la artística y la clitórica. Contabilizo 18 distribuidos a lo largo (y ancho) de mi cuerpo y, además, me parece un apasionante tema de conversación.
6. Opino que hablar sin la menor propiedad y no esforzarse en articular en realidad es una forma de justificar y enriquecer la variada casuística de la filología, hispánica en este caso.
7. Practico el arte de escupir hoy en día en plena calle, incluso cuando pasan transeúntes, lo que equivale al existencialismo sartriano de los 60. ¿Soy yo el único en haber llegado a esa conclusión? Cuando no tengo ganas de escupir, tiro las cáscaras de las pipas de girasol donde me da la gana, y viene a ser lo mismo.
8. Me quedo escribiendo hasta las 4 de la madrugada versos que hablan de las sensaciones que experimenté mientras esperaba la cola en el banco para pagar la matrícula. Me faltó un porro bien liado para dejar listo el poema.
9. He convertido mi pelo en un lienzo, alcanzando en alguna ocasión la categoría de arte figurativo. Se creen los propietarios de las tiendas de material de bellas artes que pueden arredrarme a mí.
10. Mi película favorita es El dentista 2, empatada últimamente con The ring 2.
11. Por estas razones y por un millón más, me considero un artista alternativo en toda regla. Y todo lo demás es basura.
3 comentarios:
¡Viva el arte alternativo!
¿Tuviste tu stand en Arco 2005?
Juas juas juas ...
Picasso, Goya, Miguel Ángel y demás artistas son unos aficionados a tu lado XD
La realidad es sencillamente abominable. No puedo con ella.
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